Palo Alto, Barahona.- La Asociación Emprendedoras para el Desarrollo Comunitario y la Asociación de Mujeres Amancia Figuereo llevaban años luchando, pasando trabajo, "haciendo rifitas", inventado negocitos, buscando el peso, unas para pagarse estudios y todas para conseguir el sustento de sus familias.
Combativas mujeres. Nunca desfallecieron. Ana Luisa, por ejemplo, se faja con los pollos pero saca tiempo para estudiar informática.
Ellas intentaron con granjitas de pollo, pero les faltaban las naves, una buena cantidad de pollos y por supuesto, el alimento.
Ahora lo consiguieron con el Gobierno, luego de una de esas visitas sorpresa del presidente Danilo Medina. 7 millones que le han servido -¡por fin!- para tener las dos naves, llenarlas de pollos y engordarlos con suficiente alimento.
"Esto nos va a cambiar la vida a todas, a nosotras y a nuestras familias", comenta convencida Annie Escaño.
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