Así fuimos, somos y seremos. Dispuestos a vivir a pan y cebolla por un ideal de pareja, de empresa o sociedad.

Amor acosado por demonios y acechanzas.
Como nos cuenta Francisco Bello en la historia/video que hoy compartimos: "La dificultad de la producción era porque el dinero no llegaba a tiempo. Cojíamos dinero prestado a los intermediarios hasta el 20 por uno. Teníamos que venderle la cebolla al precio que ellos querían que se les vendiera, no al precio a como estaba.
Por esa forma, sigue diciendo Francisco, la cebolla madura, venía un aguacero, y se nos pudría".
Tal situación era insoportable: agravaba la condición de pobreza de los agricultores y conducía a su desaparición.

A los 700 productores de cebolla asociados les aprobó, vía el FEDA (Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario) un financiamiento por 12.5 millones de pesos a una tasa de interés de 5% anual (0.41% mensual) para la siembra y para construir un cuarto frío.

Con este financiamiento gubernamental, se rompen las cadenas de usura y explotación que esclavizaban a los productores de cebolla de Palenque. Les liberamos. Y en ese proceso transferimos poder a los productores, redistribuimos poder en el mercado de la cebolla.
Ahora son más fuertes los 700 productores de cebolla de Palenque. Siembran y cosechan con más amor y seguridad y ya pronto no tendrán que entregar sus cosechas al precio que a otros les de la gana, pues tendrán su cuarto frío.

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