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sábado, 25 de octubre de 2014

Iván Ruiz y Massiel Taveras, el círculo de la violencia dibujado en televisión

Por Solange Inmaculada Alvarado Espaillat. 25 de octubre de 2014 - 7:04 am - 0 Comentarios
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Solange Inmaculada Alvarado Espaillat

Directora del Centro de Atencion a Sobrevivientes de Violencia de la Fiscalia del Distrito. Directora del Departamento de Psicologia de la Pontificia Universidad Catolica Madre y Maestra. Productora y conductora del programa radial "Tratame Bien", especializado en todo tipo de violencias y nuevas masculinidades.
En 1979 la Dra. Leonore Walker describió el Ciclo de la Violencia, resultado de sus estudios desde el inicio de esta década acerca de cómo ocurre la violencia en la pareja. Lo definió como un patrón donde los actos violentos se dan en forma cíclica, que va en aumento y con menor espacio entre uno y otro. Consta de tres etapas, una primera  Acumulación de Tensión, que es producto de la acumulación de conflictos en la pareja y se detecta al observar cambios imprevistos y repentinos en el estado de ánimo del agresor.
La segunda etapa Explosión de la Violencia, que es el resultado de la tensión acumulada en la fase anterior y cuya descarga puede adoptar distintas formas y grados de intensidad. La tercera llamada Luna de Miel, es la fase de manipulación afectiva, el agresor pide perdón y promete que no volverá a llevar a cabo acciones violentas (Walker, 1979).
Hace unas semanas pudimos recibir un taller en vivo y servido en la mesa de muchas familias dominicanas de este ciclo descrito arriba. La mayoría de las personas no comprenden cómo una mujer se queda en una relación donde vive violencia.
Creo que lo ocurrido entre el productor Iván Ruiz y la presentadora Massiel Taveras puede contribuir grandemente a la comprensión de este fenómeno y por eso decidimos escribir.
Todos y todas pudimos  observar que efectivamente parece ser que había tensión, conflictos y situaciones pendientes que en el desarrollo de la primera fase salieron a relucir, no claramente, pero era obvio un tema pendiente entre ellos.
Esta primera etapa, la de Acumulación de Tensión, fue la más larga del proceso y aumentó progresivamente la intensidad escenificándose una lucha de poder. Ella en la actuación típica por el condicionamiento cultural del rol de género entra en el plano de su vida privada y valida públicamente a su pareja.
Tener una pareja en este sistema de valores machistas no sólo es lo más importante para una mujer, sino el casi único y mejor freno para los otros hombres alrededor de ella. Massiel hizo uso de este recurso y se desató la violencia.
Creo que lo ocurrido entre el productor Iván Ruiz y la presentadora Massiel Taveras puede contribuir grandemente a la comprensión de este fenómeno y por eso decidimos escribir
Iván en la actuación típica de un “macho” herido y descalificado públicamente como hombre y como profesional, se da el permiso, concedido a los hombres, de violentar no sólo a la mujer sino a todo el público nacional e internacional que veía el programa. La magnitud de su reacción nos habla de la profundidad de su herida y como los hombres en esta cultura sólo cuentan con la ira para expresar su dolor, rabia o impotencia, nos violentó a todos y todas.
Al otro día se escenificó la tercera etapa del ciclo. Con su ecuanimidad recuperada y por supuesto, la chica fuera del programa ya que fue despedida públicamente, el productor entró en la fase de Luna de Miel con la narrativa típica de la violencia. Primero, para limpiar su imagen le pide perdón a Dios.
El concepto de Dios es muy utilizado para estos fines por la valoración social que tiene, se supone que una persona que alude a Dios es sincera. Luego le pide perdón al público y repite la misma frase que el día anterior dijo, pero ahora en sentido positivo y contradiciéndose a él mismo.  Continúa en la protección de su imagen  haciendo alusión a los 29 años de trayectoria. En esta cultura la trayectoria en vez de dar la experiencia para evitar este tipo de reacciones, sirve para justificarlas.
Después viene la promesa, elemento común en este tipo de narrativa. Igualmente la promesa no es garantía de cambio, pero convence a los escuchas de una buena intención de parte del que violenta. Continúa pidiendo perdón a los dueños del canal y ejecutivos del programa para dar paso a la justificación, elemento clave en el ejercicio de la violencia.
Dice que fue provocado, tomando como testigos los compañeros del programa que no tienen opción de disentir e insinuando eventos que siembran la duda entre los televidentes. Además considerando su condición de Humano, que lo justifica en su reacción.
Como último elemento del discurso y debiendo ser el primero, le pide perdón a “La dama” y luego la llama por su nombre. Es un calificativo que claramente intenta tener el significado contrario de lo que está diciendo.
Imaginemos ahora cualquier mujer dominicana en una discusión como ésta con su pareja. Si esta mujer tiene una pobre educación, ama a este hombre, es el padre de sus hijos y dependen económicamente de él; si además la familia de ella lo ve como el hombre que socialmente se presenta y le da razones religiosas para soportar  a su marido, salir de esta relación es muy difícil.
Si además, ella cree que es buen padre para sus hijos y buen hijo para su madre, continuará hacia la próxima escena del ciclo.
Si esta mujer además cree en cada promesa de cambio que él le hace, entenderá con el paso del tiempo, que su persistencia lo cambiará algún día. Si la última escena de la Luna de Miel termina en la cama, con una narrativa tan confusa como la que hemos descrito y un despliegue de atenciones para ella, esta mujer despierta al otro día convencida de que vale la pena quedarse ahí, al igual que se quedó su madre, su tía, su abuela y sus hermanas.

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