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miércoles, 5 de febrero de 2014

Cebolla de Palenque

"Contigo, pan y cebolla", es un decir muy popular. Dice hasta donde somos capaces de llegar, hombres y mujeres, por un amor o por una convicción: alimentarnos a sólo pan y cebolla. Renunciamos a riquezas con tal de alcanzar lo deseado. 
 
Así  fuimos, somos y seremos. Dispuestos a vivir a pan y cebolla por un ideal de pareja, de empresa o sociedad. 
 
En Palenque, San Cristóbal, siembran y cosechan la cebolla, también con mucho amor.
 
Amor acosado por demonios y acechanzas. 
 
Como nos cuenta Francisco Bello en la historia/video que hoy compartimos: "La dificultad de la producción era porque el dinero no llegaba a tiempo. Cojíamos dinero prestado a los intermediarios hasta el 20 por uno. Teníamos que venderle la cebolla al precio que ellos querían que se les vendiera, no al precio a como estaba.
 
Por esa forma, sigue diciendo Francisco, la cebolla madura, venía un aguacero, y se nos pudría". 
 
Tal situación era insoportable: agravaba la condición de pobreza de los agricultores y conducía a su desaparición.
 
Danilo Medina visitó Palenque el domingo 16 de junio de 2013 en su terco esfuerzo por relanzar pequeños y medianos proyectos o empresas en dificultad, dentro de la estrategia de democratizar oportunidades democratizando el crédito.
 
A los 700 productores de cebolla asociados les aprobó, vía el FEDA (Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario) un financiamiento por 12.5 millones de pesos a una tasa de interés de 5% anual (0.41% mensual) para la siembra y para construir un cuarto frío.
 
Les dijo entonces: "Les estamos financiando porque lo que importa es que ustedes puedan trabajar; lo que importa es que podamos crear empleos".
 
Con este financiamiento gubernamental, se rompen las cadenas de usura y explotación que esclavizaban a los productores de cebolla de Palenque. Les liberamos. Y en ese proceso transferimos poder a los productores, redistribuimos poder en el mercado de la cebolla.
 
Ahora son más fuertes los 700 productores de cebolla de Palenque. Siembran y cosechan con más amor y seguridad y ya pronto no tendrán que entregar sus cosechas al precio que a otros les de la gana, pues tendrán su cuarto frío.
 
Ahora son más dignos. Han pasado de ser damnificados por atrocidades del mercado a dignificados por el Estado.

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