La directora del centro dice que no deberían ser enviadas allí, sino a un hospital siquiátrico, pero no se pueden negar a recibirlas si lo ordena un juez -
Empezamos una caminata por el pasillo principal del primer piso de la Cárcel de Najayo-Mujeres, podemos ver el pabellón de las madres, algunas internas tendiendo sus ropas tras lavar y otras bordando pacientemente una hermosa pieza de vestir. Al fondo de ese mismo pasillo una celda despierta curiosidad. No se ve nada de lo que hay dentro y parece que está vacía por el silencio que habita en ella.
Pero todo cambia en el justo instante en que las agentes de seguridad del penal, llave en mano, abren la puerta de la celda. Lo que está detrás es conocido por las reclusas de la cárcel perteneciente al Nuevo Modelo Penitenciario, pero cualquier visitante se sorprende al saber que allí viven siete de las once internas que tienen problemas mentales.
Por un momento no pensarías que una persona que se desnuda por completo, se come sus heces fecales e insectos vivos, pudiese estar recluida, pero estas son algunas de las escenas que se han desvelado en el lugar.
A estas internas se les da un trato especial, se les lleva su comida y si quieren comprar algo deben esperar que lo hagan por ellas. Se les da seguimiento y se sacan a tomar sol de vez en cuando.
El resto de las “trastornadas“ están controladas y han sido integradas a los pabellones con las demás reclusas.
“Todas las que están ahí tienen una condición especial, hay algunas que no tienen mucho tiempo, están siendo medicadas y hasta que no veamos un progreso, que cuando salgan a la población común puedan estar tranquilas, estarán ahí”, precisa Ydelise Pérez, directora de Najayo-Mujeres.
La funcionaria agrega que “tenemos una que vive totalmente aislada y tiene problemas con la higiene. Hay que buscar colaboradores para que nos ayuden a limpiar. También hay otra que la hemos tenido que llevar al psiquiátrico para que la mediquen y le practique electroshock”.
No deberían estar ahí
María Maríñez, del departamento de sicología de la cárcel, dijo que allí hay mujeres con trastornos de esquizofrenia (en grados no desorganizados).
“Tenemos un caso de una paciente siquiátrica que su familia trajo sus evidencias y de hecho la siquiatra ya le dio salida al caso y se enviaron a los tribunales las evidencias de que esa persona no está apta para ser procesada, no sé qué ha pasado, ellos (los familiares) trajeron todas sus pruebas para confirmar que desde los 12 años esa persona está en tratamiento”, indicó a Maríñez.
Dijo además que esa reclusa está acusada de matar a su pareja al golpearlo con un palo, supuestamente el objeto se partió creándose una astilla y la hoy reclusa la clavó en el cuerpo a su víctima.
También hay un caso de otra reclusa acusada de asesinar a un niño y otra fue sometida a la Justicia acusada de ahogar a su bebé.
“Hay una interna que siempre está bajo llave porque cuando sale escupe todo, escupe la gente, el agua, todo”.
Los medicamentos
La siquiatra, que va al penal una vez a la semana, le provee medicamentos al centro, otros son asumidos por los familiares de las internas, pero si estos no pueden asumir el costo del tratamiento lo tiene que comprar el centro.
¿Qué es un inimputable?
La Real Academia Española de la Lengua indica que el término se aplica a una persona eximida de responsabilidad penal por no poder comprender la ilicitud de un hecho punible.
No hay crimen ni delito
Al momento de juzgar a una persona la primera consideración que debe tomar el juez es la intención delictiva. De ahí que el Código Procesal Penal Dominicano estable en sus artículos 374 y siguientes el procedimiento para inimputables.
El mismo es aplicado a las personas que no pueden ser procesadas porque no entienden y/o asimilan lo que pasa en la sala de audiencia al momento en que se les conoce un proceso.
Asimismo, la no culpabilidad del “trastornado mental” se contempla en el artículo 64 del Código Penal Dominicano que reza: “Cuando al momento de cometer la acción el inculpado estuviese en estado de demencia, o cuando se hubiese visto violentado a ello por una fuerza a la cual no hubiese podido resistir, no hay crimen ni delito”. Al declarar inimputable a una persona el juzgado ordenará una medida de seguridad que regularmente consiste en ser recluido en un centro de salud mental hasta tanto se recupere de su estado, sin determinar ninguna otra sanción si este llegara a curarse de sus “trastornos”.
Pero todo cambia en el justo instante en que las agentes de seguridad del penal, llave en mano, abren la puerta de la celda. Lo que está detrás es conocido por las reclusas de la cárcel perteneciente al Nuevo Modelo Penitenciario, pero cualquier visitante se sorprende al saber que allí viven siete de las once internas que tienen problemas mentales.
Por un momento no pensarías que una persona que se desnuda por completo, se come sus heces fecales e insectos vivos, pudiese estar recluida, pero estas son algunas de las escenas que se han desvelado en el lugar.
A estas internas se les da un trato especial, se les lleva su comida y si quieren comprar algo deben esperar que lo hagan por ellas. Se les da seguimiento y se sacan a tomar sol de vez en cuando.
El resto de las “trastornadas“ están controladas y han sido integradas a los pabellones con las demás reclusas.
“Todas las que están ahí tienen una condición especial, hay algunas que no tienen mucho tiempo, están siendo medicadas y hasta que no veamos un progreso, que cuando salgan a la población común puedan estar tranquilas, estarán ahí”, precisa Ydelise Pérez, directora de Najayo-Mujeres.
La funcionaria agrega que “tenemos una que vive totalmente aislada y tiene problemas con la higiene. Hay que buscar colaboradores para que nos ayuden a limpiar. También hay otra que la hemos tenido que llevar al psiquiátrico para que la mediquen y le practique electroshock”.
No deberían estar ahí
María Maríñez, del departamento de sicología de la cárcel, dijo que allí hay mujeres con trastornos de esquizofrenia (en grados no desorganizados).
“Tenemos un caso de una paciente siquiátrica que su familia trajo sus evidencias y de hecho la siquiatra ya le dio salida al caso y se enviaron a los tribunales las evidencias de que esa persona no está apta para ser procesada, no sé qué ha pasado, ellos (los familiares) trajeron todas sus pruebas para confirmar que desde los 12 años esa persona está en tratamiento”, indicó a Maríñez.
Dijo además que esa reclusa está acusada de matar a su pareja al golpearlo con un palo, supuestamente el objeto se partió creándose una astilla y la hoy reclusa la clavó en el cuerpo a su víctima.
También hay un caso de otra reclusa acusada de asesinar a un niño y otra fue sometida a la Justicia acusada de ahogar a su bebé.
“Hay una interna que siempre está bajo llave porque cuando sale escupe todo, escupe la gente, el agua, todo”.
Los medicamentos
La siquiatra, que va al penal una vez a la semana, le provee medicamentos al centro, otros son asumidos por los familiares de las internas, pero si estos no pueden asumir el costo del tratamiento lo tiene que comprar el centro.
¿Qué es un inimputable?
La Real Academia Española de la Lengua indica que el término se aplica a una persona eximida de responsabilidad penal por no poder comprender la ilicitud de un hecho punible.
No hay crimen ni delito
Al momento de juzgar a una persona la primera consideración que debe tomar el juez es la intención delictiva. De ahí que el Código Procesal Penal Dominicano estable en sus artículos 374 y siguientes el procedimiento para inimputables.
El mismo es aplicado a las personas que no pueden ser procesadas porque no entienden y/o asimilan lo que pasa en la sala de audiencia al momento en que se les conoce un proceso.
Asimismo, la no culpabilidad del “trastornado mental” se contempla en el artículo 64 del Código Penal Dominicano que reza: “Cuando al momento de cometer la acción el inculpado estuviese en estado de demencia, o cuando se hubiese visto violentado a ello por una fuerza a la cual no hubiese podido resistir, no hay crimen ni delito”. Al declarar inimputable a una persona el juzgado ordenará una medida de seguridad que regularmente consiste en ser recluido en un centro de salud mental hasta tanto se recupere de su estado, sin determinar ninguna otra sanción si este llegara a curarse de sus “trastornos”.
No deberían ser enviadas a la cárcel
"Realmente considero que es una debilidad del sistema. Nosotros a veces decimos que no debe ser aquí que envíen a las reas con trastornos mentales, debe ser a un hospital siquiátrico, pero estamos para cumplir las órdenes de un juez. Si llega una sentencia que ordena que una interna guarde prisión debemos recibirla. Ahora mismo el área de observación está siendo habitada por las internas siquiátricas porque las mismas están en una situación que pueden ser un peligro para la población carcelaria en sentido general y para ellas mismas, entonces ellas viven ahí, tienen un control, están medicadas y hasta tanto no tengan una estabilidad total no pueden ir a los alojamientos comunes. Asimismo, el equipo debe ir constantemente, según lo estipula el protocolo, al área de las pacientes psiquiátricas a ver cómo están, a suministrarles sus tratamientos y, a veces, a sacarlas de la celda".
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